coaching de equipos Coaching Airlines

Desde nuestros inicios en 2013, Coaching Airlines “ha tomado altos vuelos” y ha evolucionado de forma favorable durante estos siete apasionantes años. Estos cambios han venido de la mano de muchas vivencias al contar ya con más de 3.000 horas de experiencias en los procesos de coaching de equipos.

Y tanto es así que nuestro CEO, Juan Diego Salinas, ha creado un equipo de profesionales que a día de hoy forman parte de esta organización ampliando así las posibles competencias y servicios disponibles como es coaching en empresas familiares o en instituciones públicas.

El coaching de equipos se entiende como una relación profesional que consiste en acompañar a un equipo a identificar, definir, crear alternativas, aprender y lograr su objetivo común. Una definición que vale para un área de trabajo, un equipo deportivo, un grupo de personas, una asamblea de socios, una pareja, una familia o incluso un evento como la apertura de una delegación, la creación de un departamento nuevo o el impacto del calendario anual de vacaciones. Se habla, en general, de coaching sistémico ya que se refiere a un sistema, a ese ente que surge de las relaciones interdependientes de sus miembros y/o con otros elementos.

Bajo ese marco, cuando te formas en Coaching de Sistemas y de Equipos (yo lo hice en el Instituto de Coaching Ejecutivo, a través de la metodología CORAOPS), el primer “cambio de chip” consiste en el enfoque distinto de la metodología. Este tipo de coaching se orienta al sistema y a su objetivo común, no a los objetivos individuales de las personas que conforman el sistema o el grupo. Para ello te basas en unos principios ad hoc que se transforman en tu “credo” si quieres realmente aplicar la filosofía del Coaching a un equipo. O te los crees y los interiorizas o te pasas a ser gestor, director, mentor o supervisor. Son los siguientes:

  • Todo sistema es más que la suma individual de sus partes o miembros.
  • Todos los sistemas son sabios y creativos.
  • Los sistemas son propensos al cambio, son mutantes. En otras palabras, están vivos.
  • Tienen la capacidad de auto-organizarse, regularse, aprender y tomar una dirección, bien sea ésta la inercia, la disolución o la maximización del éxito.

Como humanos que somos, al escuchar estas premisas, tiendes a dudar que eso sea siempre así. Tu memoria, solidaria con tus pensamientos, incluso recupera archivos clasificados en una carpeta de nombre “¿aquí?, ni de coña”.

Ahora bien, cuando pasas de dar formación a darle forma a la acción, te das cuenta que sí es así. No significa que a todos los sistemas se les pueda aplicar coaching de equipos (basta simplemente con que se nieguen a ello) o que siempre se logran los resultados, pero esas premisas se cumplen cuando afrontas definitivamente el proceso.

Ataviado con el maletín de herramientas y bajo el pasaporte Coaching Airlines, he tenido el placer de comprobarlo. Durante 6 semanas, he trabajado con un maravilloso equipo de 14 no menos maravillosas mujeres. Un elenco de sonrisas y dudas al mismo tiempo que fueron posando mano sobre mano hasta convertirse en un único puño. Un grupo experto en la materia y ampliamente conocedor de la red que forman la mente, las emociones y los componentes externos. Por ello (uno de esos elementos que también conforman el sistema), no quiso andarse con medias tintas y reclamó exigencia mientras se entregó con excelencia, tachó obligación para escribir implicación y no olvidaba demandar con una mano a la par que ofrecía constantemente la otra.

Durante el proceso, este equipo, pionero dentro de su entidad en este tipo de programas, pasó por casi todas las fases por las que suele pasar un equipo antes de lograr sus objetivos; momentos de construcción, de reflexión, de análisis, de bloqueo, de impulso frenético… Y trabajó desde los tres subdominios a los que invita este coaching de equipos: psicogeografía, campo emocional y lenguaje. Todo ello bajo un inexcusable paraguas de confianza, respeto y seguridad.

Ha sido una experiencia muy enriquecedora para todas y más aun para mí, por lo que esta entrada del blog quiero transformarla en un agradecimiento a su implicación en el proceso y al hecho de que me permitan extraer y compartir algunas conclusiones de lo que es el coaching de equipos. Ni que decir tiene que las valoraciones y conclusiones referentes a sus objetivos y a su crecimiento particular como equipo se reservan únicamente para el grupo bajo las clausulas de privacidad y confidencialidad que pactamos coach y equipo. Sin embargo, agradezco mucho que me permitan compartir los beneficios de participar un programa de coaching de equipos desde el punto de vista de los propios colaboradores. A la pregunta de “¿recomendaría participar en un proceso de coaching?” La respuesta del equipo fue:

  • Sí. Porque facilita respetar las opiniones y la escucha activa, que es muy importante.
  • Sí. Ya que crea un ambiente muy bueno para trabajar. Además, es cómodo y respetuoso.
  • Sí. Porque es más divertido.
  • Sí. Porque invita a reflexionar y autoanalizarse. Te remueve, pero eso es bueno.
  • Sí. Ya que cohesiona el equipo.
  • Si se queda solo en las reuniones, no. Si luego se lleva a la práctica, sí es útil.
  • Ya que el buen clima laboral mejora el rendimiento.
  • Sí. Demuestra que es verdad que el equipo está vivo y que es más que la suma de sus partes.
  • Sí. Porque mejora el capital humano.

 

 

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